COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA PARA EL CAMBIO Y LA COOPERACIÓN

Comunicación y discapacidad: estrategia y transformación

La comunicación, pensada como un derecho humano y como un valor para el cambio social, se convierte en un elemento clave dentro de las políticas y las estrategias de gestión organizacional. Y más aún si hablamos de las instituciones pertenecientes al ámbito de la discapacidad en las que la comunicación puede convertirse en una herramienta de transformación y cooperación si comienza a mirarse desde una perspectiva estratégica. En este sentido, es donde todavía hay mucho por hacer en tanto se transforme en instrumento de coordinación, colaboración y en un vehículo que desarticule prejuicios y facilite entornos más inclusivos.

¿Desde dónde partimos?

Una de las premisas se asienta sobre la idea de que, para llamar la atención sobre un tema determinado, trabajar e incluso transformar, los mejores aliados son el conocimiento y la información. De manera tal que, centrar el esfuerzo en lograr una buena comunicación, es uno de los puntos de partida.

Ahora bien ¿Qué es una buena comunicación? Una comunicación que plantee objetivos precisos y medibles, que sea clara y que esté pensada a mediano y largo plazo, es decir, que sea estratégica. A ello se suma un elemento muy importante: que sea accesible.

Porque es un derecho de todas las personas, la comunicación de las instituciones del ámbito de la discapacidad debe ser:

  • Clara, precisa, accesible, pensada para transmitirse en diversos formatos y dispositivos.

Porque la tarea fundamental consiste en hacer conocer, derribar mitos y transmitir una mirada real de las personas con discapacidad. Haciéndolos partícipes del proceso.

¿Cómo comunicar? ¿Qué tener en cuenta?

En este primer apartado, nos remitimos a lo fundamental: que toda comunicación en el campo de la discapacidad debe basarse en los principios esgrimidos por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006) que, entre sus múltiples apartados, reafirma:

  • La universalidad, indivisibilidad, interdependencia e interrelación de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, así como la necesidad de garantizar que las personas con discapacidad los ejerzan plenamente y sin discriminación,
  • Reconociendo además la diversidad de las personas con discapacidad,

En su artículo 8 dedicado a la Toma de conciencia, sienta las bases sobre la importancia de:

  • Sensibilizar a la sociedad, incluso a nivel familiar, para que tome mayor conciencia respecto de las personas con discapacidad y fomentar el respeto de los derechos y la dignidad de estas personas;
  • Luchar contra los estereotipos, los prejuicios y las prácticas nocivas respecto de las personas con discapacidad, incluidos los que se basan en el género o la edad, en todos los ámbitos de la vida;
  • Promover la toma de conciencia respecto de las capacidades y aportaciones de las personas con discapacidad

En fin, lo ideal es lograr un círculo virtuoso en el que la comunicación se vuelva un elemento que facilite cada uno de estos postulados a la vez que estos mismos ítems sean los que guíen la planificación estratégica de la comunicación institucional.